jueves, 25 de julio de 2019

Cabeza en el recuerdo.



En óvalo tu rostro, de asechanzas
de sombras huye, sabe, y se proyecta
-faz en la luz en curso -recordado
-ondas sutiles de memoria-, y ama
ser y no ser, en cauce subterráneo.
Surte y se esconde. Rosas. Guadiana.
Finas pestañas tallan, rayan a hilo
paños de luz tendidos casi azules.
Párpados lentos cruzan y permiten
blancas -contactos -sedas deslizadas.
Obra de amor tejida sin ensueño:
sombra fresca, no verde, que hace a gusto
siesta a los ojos, blancos más los dientes.
Paréntesis oprimen las palabras.
Rojos de vida en carne suavemente
meta, carmín, jugosos les oponen:
palabras que se tocan con los labios,
desfallecen y mueren, besos lisos
dando al pasar cayendo sin sonido.
Las mejillas arriba. Siempre ausentes
púrpuras las coronan.. No: las aguas
de la tarde las mojan: flores húmedas,
casi de carne, son, y así, calientes,
pronto decaen y pasan. De memoria
doble montón de pétalos derramo.
Hondos, los dos, tus ojos nuevamente
a una futura sequedad previenen.
Toda la noche, ya jugosa y fresca,
pompa y fragancia a su velar les toma.
Tallos te crecen de tus ojos, yergue
alta la noche su ramaje, y savia
pura compartes, vegetal y humana.
Más alta, más, venciendo, la terraza
de tu frente paisajes mil -si turbio
tu rostro abajo- inventa transparentes.
Hiere a la luz el mármol: piel helada.
Piso, azotea. Abajo el río negro:
flojo el cabello pasa en ondas anchas.
Soberbio cauce lento que se lleva
ideas sumergidas, olvidadas.
Un acero de luz, plancha, las cubre.
El cabello hermosísimo navega.
Tu cuerpo al fondo tierra me parece:
un paisaje de sur abierto en aspa.
Riberas matinales. Quizás luces
en torso, mediodía, suben, queman.
Quizás, crepusculares, soles cumplen
-carne: horizonte- y tiñen las dos márgenes
-brazos de cobre, rojos, viajeros-.
Quizás el cielo sin azul vacila.
Vence tu rostro- el fondo sometido-,
duro compone su escultura y, plástico,
ámbito ensancha en mi memoria, y queda.

Vicente Aleixandre.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...