viernes, 12 de abril de 2013

No vives ya de sinrazones.


¿Tan sola estabas, alma mía?
El alba nueva no traía,
para acunarte, sus canciones.

Llega la luz de otras regiones
sin la hermosura que solía.
Mala alegría es la alegría
que nos abrasa los corazones.

¿Dentro de ti la buscas? ¿Llevas
dentro de ti su llama? ¿Elevas
de tu noche su mediodía?

¿Has de matar todas las cosas?
¿Cortar, para olerlas, las rosas?
¿Tan sola estabas, alma mía?


José Hierro.

jueves, 11 de abril de 2013


Alegría.


Llegué por el dolor a la alegría.

Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.
y el viento loco y cálido que embiste.
( Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía. )
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.


Era alegría la mañana fría
Así la siento más. Al cielo apunto
Y mientras se ilumina mi cabeza

miércoles, 10 de abril de 2013


Mirando hacia atrás.


Siempre miro hacia atrás.
Me gusta observar de nuevo cada uno de mis pasos
recreando el camino que es solo mío,
de nadie más. 

Volteo con temor,
sabiendo, encontraré de nuevo piedra y huecos,
muros y cimas por escalar.
 Veredas que se inclinan hacia arriba y hacia abajo
que permiten fortalecer mi caminar
A lo lejos veo los puentes y las arenas del mar.

Las bellas montañas rodeándome sin cambiar
que poco a poco aprendí a disfrutar.
Me deleito cuando pongo mi mirada 
en el verde resplandor de la pradera
con mil flores colorando el panorama
que agasaja mis pupilas con su magia hechicera
y sorprende mis sentidos como si fuera la vez primera.

Los vientos helados y lluvias torrenciales
me enseñaron lo que es la adversidad. 
Sentimientos y emociones, amores y desamores,
palabras, acciones recuerdos, olvidos,
presentes. Ahí están.

Siempre miro hacia atrás. 
Ahí me topo con el aroma del cielo
y los sonidos de los días sin final.
Las canciones y los versos los poemas y los cuentos
que resuenan como gritos que no deseo olvidar. 

Errores que costaron lágrimas y esa tristeza
que siempre tuvo un buen final.
Sentimientos rebasados cual lecciones obligadas
en el arte de aprender a AMAR. 

Como un viento que me eleva
Y la briza que me lleva hasta verte aparecer en mi soñar.
Como el brillo de una estrella alumbrando mi ladera
aflorando de mí ser, la felicidad.

Siempre miro hacia atrás
Vuelvo a ver los rostros de quienes caminaron conmigo
para bien o para mal. Y no olvido, nunca olvido
olvidar, es no haber existido jamás. 

El camino, tuyo y mío/ mío y tuyo de pronto se volvió unidad
transformando una visión similar
Contigo, con ellos, con sonrisas y con versos,
con los sueños que se hicieron realidad.
Y, aquí están ellas, nuestras estrellas
iniciando su camino individual. 

Y nosotros, aun que miramos hacia atrás,
nunca dejamos de contemplar
la ruta que algún día habrá de terminar. 

Sabiendo, sin dudar
que en cada momento juntos tocamos el firmamento
sin dejar de asumir y disfrutar
nuestra propia y ansiada
individualidad.



martes, 9 de abril de 2013


Rosa íntima.


Todas las rosas son la misma rosa,
amor, la única rosa.
y todo queda contenido en ella,
breve imagen del mundo,
¡amor!, la única rosa.
Rosa, la rosa... Pero aquella rosa...
La primavera vuelve
con la rosa
grana, rosa amarilla, blanca, grana;
y todos se embriagan con la rosa,
la rosa igual a la otra rosa.
¿Igual es una rosa que otra rosa?
¿Todas las rosas son la misma rosa?
Sí. Pero aquella rosa...
La rosa que se aísla en una mano,
que se huele hasta el fondo de ella y uno,
la rosa para el seno del amor,
para la boca del amor y el alma,
...Y para el alma era aquella rosa
que se escondía, dulce entre las rosas,
y que una tarde ya no se vio más.
¿De qué amarillo aquella fresca rosa?
Todo, de rosa en rosa, loco vive,
la luz, el ala, el aire,
la honda y la mujer,
y el hombre, y la mujer y el hombre.
La rosa pende, bella
y delicada, para todos,
su cuerpo sin penumbra y sin secreto,
a un tiempo lleno y suave,
íntimo y evidente, ardiente y dulce.
Esta rosa, esa rosa, la otra rosa...
Sí. Pero aquella rosa...

lunes, 8 de abril de 2013


Por qué, decidme, hacia los altos llanos...


¿Por qué, decidme, hacia los altos llanos,
huye mi corazón de esta ribera,
y en tierra labradora y marinera
suspiro por los yermos castellanos?

Nadie elige su amor. Llevome un día
mi destino a los grises calvijares
donde ahuyenta al caer la nieve fría
las sombras de los muertos encinares.

De aquel trozo de España, alto y roquero,
hoy traigo a ti, Guadalquivir florido,
una mata del áspero romero.

Mi corazón está donde ha nacido,
no a la vida, al amor, cerca del duero...
¡El muro blanco y el ciprés erguido!


Antonio Machado.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...