viernes, 10 de abril de 2015

La voz a ti debida Versos 2018 a 2046






Te busqué por la duda:
no te encontraba nunca.

Me fui a tu encuentro
por el dolor.
Tú no venías por allí.

Me metí en lo más hondo
por ver si, al fin, estabas.
Por la angustia,
desgarradora, hiriéndome.
Tú no surgías nunca de la herida.
Y nadie me hizo señas
-un jardín o tus labios,
con árboles, con besos-;
nadie me dijo
-por eso te perdí-
que tú ibas por las últimas
terrazas de la risa,
del gozo, de lo cierto.
Que a ti se te encontraba
en las cimas del beso
sin duda y sin mañana.
En el vértice puro
de la alegría alta,
multiplicando júbilos
por júbilos, por risas,
por placeres.
Apuntando en el aire
las cifras fabulosas,
sin peso, de tu dicha.

Pedro Salinas.

jueves, 9 de abril de 2015

Al mediodía (Despierto del todo).






Bendigo las articulaciones de mis manos,
que no son como pezuñas,
porque pueden acariciarte.
Y la piel tan fina de mis labios,
porque mi sangre está más cerca de la tuya cuando te beso.

Y bendigo tu pelo largo,
porque cuando lo levanto como un ala
tu cuello es más sensible a mis alientos
y más suave descansa sobre mi brazo
durante los largos reposos.



Manuel altolaguirre.

miércoles, 8 de abril de 2015

Me asomé.







   Me asomé, lejos, a un abismo...
(Sobre el espejo que perdí he nacido.)

   Clavé mis manos en mis ojos...
(Manando estoy en mí desde mi rostro.)

   Tiré mi cuerpo, hueco, al aire...
(Abren su voz los ojos de mi sangre.)

   Se coaguló mi llanto en sombra...
(Carne es la luz y el nácar de mi boca.)

   Dentro de mí se hundió mi lengua...
(siembro en mi cielo el cuerpo de una estrella.)

   Se pudrió el tiempo en que habitaba...
(Brota en mi espejo un cielo de dos caras.)

   Huyó mi cuerpo por mi cuerpo...
(Bebo en el agua limpia de mi espejo.)

   ¡A mi existencia uno mi vida!
(Espejo sin cristal es mi alegría.)



Emilio Prados.

martes, 7 de abril de 2015

Amor.







¡Primavera feroz! Va mi ternura 
por las más hondas venas derramada, 
fresco hontanar, y furia desvelada, 
que a extenuante pasmo se apresura.

¡Oh qué acezar, qué hervir, oh, qué premura 
de hallar, en la colina clausurada, 
la llaga roja de la cueva helada, 
y su cura más dulce, en la locura!

¡Monstruo fugaz, espanto de mi vida, 
rayo sin luz, oh tú, mi primavera, 
mi alimaña feroz, mi arcángel fuerte!

¿Hacia qué hondón sombrío me convida, 
desplegada y astral, tu cabellera? 
¡Amor. amor, principio de la muerte!


Dámaso Alonso.

lunes, 6 de abril de 2015

Tuya.




Ya sólo existe una palabra: tuya.
Ángeles por el mar la están salvando
cuando ya se iba a hundir, la están alzando,
calentando sus alas. ¡Aleluya! 

Las criaturas cantan: -Aunque huya,
aunque se esconda a ciegas sollozando,
es tuya, tuya, tuya. Aunque nevando
se borre, aunque en el agua se diluya- .

-Tuya- , cantan los pájaros, los peces
mudos lo escriben con sus colas de oro:
Te, u, y griega, a, sí, tuya, tuya.

Cantádmela otra vez y tantas veces,
a ver si a fuerza de cantar a coro.
-¿Tú? ¿Ya? ¿De veras?- -Sí. Yo, Tuya. Tuya.-



Gerardo Diego.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...