viernes, 26 de octubre de 2018

Variación XIII. Presagio.


Esta tarde, frente a ti,
en los ojos siento algo
que te mira y no soy yo.
¡Qué antigua es esta mirada,
en mi presente mirando!
Hay algo, en mi cuerpo, otro.
Viene de un tiempo lejano.
Es una querencia, un ansia
de volver a ver, a verte,
de seguirte contemplando.
Como la mía, y no mía.
Me reconozco y la extraño.
¿Vivo en ella, o ella en mí?
Poseído voluntario
de esta fuerza que me invade,
mayor soy, porque me siento
yo mismo, y enajenado.

Pedro Salinas.

jueves, 25 de octubre de 2018

La lluvia.


La cintura no es rosa.
No es ave.
No son plumas.
La cintura es la lluvia,
fragilidad, gemido que a ti se entrega.
Ciñe, mortal, tú con tu brazo
un agua dulce, queja de amor.
Estrecha, estréchala.
Toda la lluvia un junco parece.
¡Cómo ondula, si hay viento,
si hay tu brazo, mortal que, hoy sí, la adoras!

Vicente Aleixandre.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Llanura. Detenido.


Detenido en el interno
laberinto del ramaje.
Fieras en troncos mayores,
en menores tallos, aves.
Crujir de leña en el carnes.
Olor a varas cruzadas.
Prisión de miembros audaces.
¿Y cómo saldré, si solo
entré en estas soledades?

Blandos vuelos de colores
se levantan en el aire.
¿Amplias alas tendían sitios
con sus airosos plumajes.
Jugosas hojas tendidas
dan sus lechos tropicales.
Saltan fieras enjauladas
dentro de espeso ramaje.
¡Qué estrecho entre los dos troncos
he de pasar aplastándome!

¡Cuántos caminos difíciles
hasta lograr libertarme
y brotar de este horizonte
a la llanura distante,
amarilla plana extensa
bajo la azul de su aire,
donde están potros desnudos
copiando nubes salvajes!

Giros, trotes y descansos.
Fugas de cuerpos brillantes.
Nuevo caminar cruzando
viento convertido en carne
sin esqueleto ni venas:
completa ausencia de árboles.

Manuel Altolaguirre.

martes, 23 de octubre de 2018

Paseo. La llanura azul.


A Alfonso Reyes

No bajo montes de tierra
sino que escalo simas de aire.
Lo más hondo del barranco
es cumbre de estos cristales.

¡Cuánto me pesa la oscura
firme tierra impenetrable!
Rozando duras tinieblas
voy pisando claridades.

No veo las ramas hundidas,
enterradas, de los árboles,
sino las verdes raíces
airosas, primaverales.

Ángeles y nubes juegan
en la azul llanura grande.
Desde estas hondas alturas
miro los azules valles.

No bajo montes de tierra
sino que escalo simas de aire.

Manuel Altolaguirre.

lunes, 22 de octubre de 2018

Bella adrede.


Sobre el hombro solitario,
Tan ligero de tan, duro,
-Mira a la aurora en apuro.
Fuga del lirio precario-
Guarda luces de un acuario,
-Feria marina en el cielo-
Ardua para el fiel desvelo,
Galatea, bella adrede.
-Mira a la aurora.
Ya cede lirios al mar paralelo-.


Jorge Guillén.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...