viernes, 23 de mayo de 2014
Espinas cuando nieva.
Suéñame, suéñame aprisa estrella de tierra
cultivada por mis párpados,
cógeme por mis asas de sombra
alócame de alas de mármol ardiendo
estrella, estrella entre mis cenizas.
Poder, poder al fin hallar bajo mi sonrisa la estatua
de una tarde de sol los gestos a flor de agua
los ojos a flor de invierno
Tú que en la alcoba del viento estás velando
la inocencia de depender de la hermosura volandera
que se traiciona en el ardor con que las hojas
se vuelven hacia el pecho mas débil.
Tú que asumes luz y abismo al borde esta carne,
que cae hasta mis pies como una viveza herida.
Tú que en selvas de error andas perdida,
Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha.
Juan Larrea.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Soledad en el alba.
¡Ay!, rosa, calla, calla:
ocultémonos juntos
bajo los pies del agua.
¡Ay!, calla, calla, viento :
bajo los pies del monte
dejemos nuestros cuerpos.
-¿Qué ocurre?
- El sol naciente,
- joya de primavera -
luce sobre lo verde.
-¿ Y el amor ?…
- En olvido.
( Como un rumor de sueños
rueda el agua en el río.)
Emilio Prados.
martes, 20 de mayo de 2014
Por desplumar arcángeles.
Por desplumar arcángeles glaciales,
La nevada lilial de esbeltos dientes
Es condenada al llanto de las fuentes
Y al desconsuelo de los manantiales.
Por difundir su alma en los metales,
Por dar el fuego al hierro sus orientes,
Al dolor de los yunques inclementes
Lo arrastran los herreros torrenciales.
Al doloroso trato de la espina,
Al fatal desaliento de la rosa
Y a la acción corrosiva de la muerte.
Arrojado me veo, y tanta ruina
No es por otra desgracia ni otra cosa
Que por quererte y sólo por quererte.
Miguel Hernández.
lunes, 19 de mayo de 2014
Los Fieles Amantes.
Noche mucho más noche: el amor ya es un hecho.
Feliz nivel de paz extiende el sueño
como una perfección todavía amorosa.
Bulto adorable, lejos ya, se adormece,
y a su candor en la isla se abandona,
animal por ahí, latente.
¡Qué diario Infinito sobre el lecho
de una pasión: costumbre rodeada de arcano.
¡Oh noche, más oscura en nuestros brazos!
Jorge Guillén.
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