viernes, 26 de julio de 2013

Soñé que tú me llevabas.



Soñé que tú me llevabas
Por una blanca vereda,
En medio del campo verde,
Hacia el azul de las sierras,
Hacia los montes azules,
Una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía,
Tu mano de compañera,
Tu voz de niña en mi oído
Como una campana nueva,
Como una campana virgen
De un alba de primavera.

¡Eran tu voz y tu mano,
En sueño, tan verdaderas!

Vive, esperanza, ¡quién sabe
Lo que se traga la tierra!





jueves, 25 de julio de 2013

Las lágrimas.


 Las lágrimas son el vino de los ángeles.


                                                                                                                      SanBernardo

Un día el hombre vio llorar al ángel.
Algo había pasado en los espacios,
algo muy tierno o algo muy terrible,
y el hombre contemplaba conmovido
la alada criatura en su congoja.

Vio en su rostro encendido por la gracia
una expresión tan honda, vio en sus rasgos
abrirse tales muestras de tristezas
y pasar por su frente tales nubes
de inmensos infortunios, que prendado
quedóse allí mirando la nobleza
de aquel dolor.

 El ángel suspiraba
cual si en sí mismo un mundo más potente
diera un extraño impulso a su amplio pecho.

Llevábase las manos tan hermosas
a su faz dolorida, y el trastorno
daba a su cabellera un indolente
sabor de adversidad. 

Cuando en sus ojos
comenzaron con lívidos fulgores
a cuajarse unas aguas con destellos
de sobrenaturales inclemencias,
el hombre se sintió sobrecogido
y allá en su corazón algo ignorado
fluyó a su vez; caían sobre el ángel
unas lágrimas densas, arrastrando
no se sabe qué peso delicioso,
y cada vez que abría sus pupilas
hacia el vaso horizonte le manaba
aquel triste caudal. ¡Ay!, dijo el hombre,
¿qué goce extraño es ése o desvarío
que siento remontar en mis entrañas,
qué turbadora imagen comunica
a mi ser un dolor irresistible?
Y cuando con dulzura abandonado
lloró también gimiendo amargamente,
una sal en los labios le vertían
las luces de sus ojos.




Juan Gil-Albert.

miércoles, 24 de julio de 2013

Las sendas que me obligo a recorrer por ti.



Las sendas que me obligo
A recorrer por ti,
No las borra la vida,
Y en vez de flores, una venda,
Dura como una máscara,
Va dividiendo el campo.

Quisiera haber nacido junto a ti,
Vivir de rama en rama, sin caminos,
Pero veo la distancia, el no alcanzarte
Y peregrina el corazón pisando rosas
Y llega al tuyo cuando sueña
Dentro de una ciudad donde aplastado
Quedó el verdor, la risa, las colmenas.

En ellas se enredaron los caminos
Y la tierra ofendida quedamente
Lanza leves suspiros, sus jardines;
Sus torres que desprecios a la brisa
Hacen inmóviles
Voces de bronce dan
Para anunciar las nuevas tumbas.

Yo sé por qué la tierra enfurecida
A veces tiembla y rompe las ciudades:
Alguien responde al llanto de las yerbas
Que no pueden nacer bajo las losas.

Las pisadas del hombre van dejando
Su estéril huella, firme que divide
Con una seca herida el prado verde
Y más endurecido y seco implora
Sostén a sus pisadas, que se calle
El color, que no pronuncie
En tallos de alegría
Su gesto el campo;
Mas impasible quiere su dominio,
Con mármol sueña lapidar llanuras.

No así mi amor, tu mundo, otro planeta,
La flor intacta con ocultos ríos:
Por sus venas iré sin ser notado,
Soy de tu corazón dócil corriente.






martes, 23 de julio de 2013

Estrella hija de estrella.



Había signos en el aire
Había presagios en el cielo
Tenía que brotar la gracia de repente
Con sus pasos de gloria
Con todos sus gérmenes sagrados
Con su aliento de vida o muerte.

Venía la belleza de quién sabe donde
Venía hacía mis ojos
Con su andar de planeta seguro de su tiempo...
Es la ley misteriosa que de pronto se encarna
Y se hace realidad en un instante.

El azar se presenta
Con todas sus fuerzas invencibles
El azar con sus constelaciones desatadas
Que súbito se anudan
Para cumplir con un destino en las piedras lentas
El aire vibra de los sonidos de la vieja flauta
Una dulce amistad ha nacido en el mundo
Acaso un gran peligro se yergue de su noche.

La voz de un hombre dice Estrella
Y tiembla como una estrella
El viento pasa y el azul amado
Deja caer su aroma
Para ungir las cabezas señaladas.

Ahí viene sobre dos pies alados
Envuelta de música de nardos y de bosques
La gracia y la belleza
Entre los ruidos de las calles
Sobre sus pies alados
Aparece de pronto entre los hombres y las casas
Y todo cae en el vacío.

Los ruidos, las casas y las calles
Como las ropas de una mujer que se desnuda
Sólo tú quedas en el mundo
Sólo tu cuerpo como una flor inmensa
Que llena de universo.

¡Oh tierra cómo te has hecho bella en un instante!

Dos miradas se cruzan
Y canta un árbol nuevo
Dos manos se entrelazan
Dos anhelos se encuentran
Dos angustias se hablan en secreto
¿Por qué, razón?
Solo los signos y el azar lo saben.

Dos corazones reconocen un impulso ciego
Y el camino que se abre al infinito.

Un hombre dice estrella
Y hay un temblor en los espacios
Un hombre dice Mar
Y las olas se agrandan satisfechas
Un hombre dice Selva
Y los árboles comprenden su deber milenario
Un hombre dice Viento
Y todo se agita hasta la muerte.

Estrella yo no te pido tu destino
Ni exijo, mas aroma a la flor de la tarde
Yo quiero solo una amistad de anchas orillas
Un gran río profundo
Que embruje mi país
Y haga cantar las aguas dormiladas
Que siempre creen olvidar su vida.

La calle del azar
El punto mismo
Donde se encuentran los designios.

Los ojos se adivinan
Se entornan suaves
Saben que juntos van a mirar las cosas
Los labios se presienten
Palpitan como flores que empiezan la jornada
¿Son besos? ¿Son palabras?
¿Es un cambio de ideas a través de los años?
Por qué llegas tan tarde a mi jardín
Por qué no apresuraste la marcha en las tinieblas?
¿Con qué derecho el tiempo
Separa la flor del árbol que era suyo?
¿Por qué pone distancias en los años?
¿No sabes que este trozo de tierra te aguardaba
Cansado de cantar y de llamarte?

Yo te había elegido
Como la tierra el árbol de su gracia
Como el naufragio al barco más amado
Esto es grande y es triste
Porque no hay modo de cambiar los signos
Mi exaltación acaso te asustaba
Ella era real como las tempestades
Perdona lo que venga y es que ya ha nacido
No es culpa mía si el destino habla
Entre el cielo y la tierra
Hay algo grande que comienza
Tierra y cielo sienten temblar las rocas y las nubes
Cielo y tierra son cómplices del sueño
Y sus pájaros nacientes sin permiso.

¿Serás mi estrella
Entre la vida y la muerte sorprendida?
Ven hacia mi más mía que mis huesos
Ven entre mirtos y mármoles profundos
¡Oh cuerpo del ritmo eterno!
¡Oh la amistad de músicas y cielos infinitos!
¡Oh belleza del mundo!
Permíteme acordarme de mí mismo.







lunes, 22 de julio de 2013

No te amo como si fueras rosa de sal.



No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
O flecha de claveles que propagan el fuego:
Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
Secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
Dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
Y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
El apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
Te amo directamente sin problemas ni orgullo:
Así te amo porque no sé amar de otra manera,

Sino así de este modo en que no soy ni eres,
Tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
Tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.







El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...