viernes, 15 de enero de 2016

Campo Avizor.



A José María Hinojosa



Rústicos verdes humildes,
por menudos pies pisados,
ven redondas telas claras,
mas no la cintura angosta
ni el estrecho cuello,
sí los cabellos, que el aire
peina, de la campesina.
¿Por dónde sola? Presente
entre los distantes árboles,
cerca del correr del río,
bajo los azules planos
que ven su cabeza negra
centrada en el claro círculo
de la falda, no sabiendo
de sus pies ni de sus manos,
si de sus hombros maduros
y de su pecho ceñido;
frente al monte que contempla
su serrano perfil fresco,
entre los distantes árboles,
presente y sola, camina.


Manuel Altolaguirre.

jueves, 14 de enero de 2016

Corriente oculta.





Agua desnuda la lluvia,
qué libremente se esconde
hasta verse presa en tallos
cielo arriba, hasta las flores.

Amar es hundirse, huir,
perderse en oscura noche,
ser corriente oculta,
ser agua enterrada que corre,
sales robando a la tierra,
agua ciega que no opone
su limpio cristal al cielo.

¡Cómo se mueve en las hojas
el agua diciendo adioses
a las fugitivas nubes
que van por el horizonte!

¡Qué nuevo encuentro si en ellas
delicadamente pone astros breves el rocío,
estrellas en verde noche!

Amar es hundirse, huir,
perderse en profunda noche.



Manuel Altolaguirre.

miércoles, 13 de enero de 2016

Fin de un amor.





No sé si es que cumplió ya su destino,
si alcanzó perfección o si acabado
este amor a su límite ha llegado
sin dar un paso más en su camino.

Aún le miro subir, de donde vino,
a la alta cumbre donde ha terminado
su penosa ascensión.
Tal ha quedado estático un amor tan peregrino.

No me resigno a dar la despedida
a tan altivo y firme sentimiento
que tanto impulso y luz diera a mi vida.

No es culminación lo que lamento.
Su culminar no causa la partida,
la causará, tal vez, su acabamiento.



Manuel Altolaguirre.

martes, 12 de enero de 2016

Mi poesía es rezagada.





Mi poesía es rezagada
porque se ha quedado en mí
como un remanso de agua.
Como una corriente clara
que transparenta hasta el fondo
del cauce que la remansa.
Se me ha quedado en el alma
posando la turbulencia
sonora de mis palabras.
Como una voz que se apaga
y va abriéndole al silencio
su música más callada.



José Bergamín.

lunes, 11 de enero de 2016

Mi sitio.






Tarde última y serena,
corta como una vida,
fin de todo lo amado
¡yo quiero ser eterno!

-Atravesando hojas,
el sol ya cobre viene
a herirme el corazón.
¡Yo quiero ser eterno!-

Belleza que yo he visto
¡no te borres ya nunca!
Porque seas eterna
¡yo quiero ser eterno!


Juan Ramón Jiménez.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...