miércoles, 5 de diciembre de 2018
Equilibrio.
Es una maravilla respirar lo más claro.
Veo a través del aire la inocencia absoluta,
Y si la luz se posa como una paz sin peso,
El alma es quien gravita con creciente volumen.
Todo se rinde al ánimo de un sosiego imperioso.
A mis ojos tranquilos más blancura da el muro,
Entre esas rejas verdes lo diario es lo bello,
Sobre la mies la brisa como una forma ondula,
Hasta el silencio impone su limpidez concreta.
Todo me obliga a ser centro del equilibrio.
Jorge Guillén.
martes, 4 de diciembre de 2018
Noche cerrada.
Ah, triste, ah inmensamente triste
que en la noche oscurísima buscas ojos oscuros,
ve solo el terciopelo de la sombra
donde resbalan leves las silenciosas aves.
Apenas si una pluma espectral rozará tu frente,
como un presagio del vacío inmediato.
Inmensamente triste tú miras
la impenetrable sombra en que respiras.
Álzala con tu pecho penoso; un oleaje
de negror invencible, como columna altísima
gravita en el esclavo corazón oprimido.
Ah, cuán hermosas allá arriba en los cielos
sobre la columnaria noche arden las luces,
los libertados luceros que ligeros circulan,
mientras tú los sostienes con tu pequeño pecho,
donde un árbol de piedra nocturna te somete.
Vicente Aleixandre.
lunes, 3 de diciembre de 2018
Las barcas. Playa.
Las barcas de dos en dos,
como sandalias del viento
puestas a secar al sol.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Sobre la arena tendido
como despojo del mar
se encuentra un niño dormido.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Y más allá, pescadores
tirando de las maromas
amarillas y salobres.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Manuel Altolaguirre.
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