jueves, 22 de enero de 2015

La Voz a ti debida - Versos 1290 a 1316






Ayer te besé en los labios. 
Te besé en los labios. 
Densos,rojos. 
Fue un beso tan corto 
que duró más que un relámpago, 
que un milagro, más. 

El tiempo después de dártelo 
no lo quise para nada ya, 
para nadalo había querido antes. 
Se empezó, se acabó en él. 

Hoy estoy besando un beso; 
estoy solo con mis labios. 
Los pongo no en tu boca, no, ya no 
-¿adónde se me ha escapado?-. 
Los pongo en el beso que te di ayer, 
en las bocas juntas 
del beso que se besaron. 

Y dura este beso más 
que el silencio, que la luz. 
Porque ya no es una carne 
ni una boca lo que beso, 
que se escapa, que me huye. 

No. 
Te estoy besando más lejos.

Pedro Salinas.

miércoles, 21 de enero de 2015

Cabellera negra.





¿Por qué te miro, con tus ojos oscuros,
terciopelo viviente en que mi vida lastimo?
Cabello negro, luto donde entierro mi boca,
oleaje doloroso donde mueren mis besos,
orilla en fin donde mi voz al cabo se extingue y moja
tu majestad, oh cabellera que en una almohada
derramada reinas.

En tu borde se rompen,
como en una playa oscura, mis deseos continuos.
¡Oh inundada: aún existes, sobrevives, imperas!
Toda tú victoriosa como un pico en los mares.


Vicente Aleixandre.

martes, 20 de enero de 2015

La hierba entre las tejas.






Es alegre la hierba entre las tejas
¡Qué importan las persianas
De penumbra impaciente,
Y la fatalidad a plomo ante estas rejas
Y ese muro con ansia de ventanas,
Si primaveralmente
Me ilusiona y se aviva
La insinuación silvestre quen las telas encaje,
Sin hombres, sola arriba!
Es tenaz la esperanza con paisaje.


Jorge Guillén.

lunes, 19 de enero de 2015

Amante.





Lo que yo no quiero
es darte palabras de ensueño,
ni propagar imagen con mis labios
en tu frente, ni con mi beso.

La punta de tu dedo,
con tu uña rosa, para mi gesto
tomo, y, en el aire hecho,
te la devuelvo.

De tu almohada, la gracia y el hueco.
Y el calor de tus ojos, ajenos.
Y la luz de tus pechos secretos.

Como la luna en primavera,
una ventana nos da amarilla lumbre. 
Y un estrecho latir
parece que refluye a ti de mí.

No es eso. 
No será. 
Tu sentido verdadero me lo ha dado ya el resto,
el bonito secreto,
el graciosillo hoyuelo,
la linda comisura
y el mañanero desperezo.


Vicente Aleixandre.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...