viernes, 9 de enero de 2015

Blancura.




Espina tú oído blanco
Mundo mundo
inmensidad del cielo calor remotas tempestades
Universo tocado con la yema
donde una herida abierta
ayer fue abeja hoy rosa ayer lo inseparable.
Soy tú rodando entre otros velos
silencio o claridad tierra o los astros
soy tú yo mismo, yo, soy tú, yo mío,
entre vuelo de mundos bajo el frío
tiritando en lo blanco que no habla
separado de mí como un cuchillo
que separa dos rosas cuando nieva.


Vicente Aleixandre.

jueves, 8 de enero de 2015

Los ángeles feos.





Vosotros habéis sido,
vosotros que dormís en el vaho sin suerte de los pantanos
para que el alba más desgraciada os reanime 
en una gloria de estiércol,
vosotros habéis sido la causa de ese viaje.

Ni un solo pájaro es capaz de beber en una alma
cuando sin haberlo querido un cielo se entrecruza con otro
y una piedra cualquiera levanta a un astro una calumnia.

Ved.

La luna cae mordida por el ácido nítrico
en las charcas donde el amoníaco 
aprieta la codicia de los alacranes.

Si os atrevéis a dar un paso,
sabrán los siglos venideros que la bondad de las aguas es aparente
cuantas más hoyas y lodos ocultan los paisajes.
La lluvia me persigue atirantando cordeles.
Será lo más seguro que un hombre se convierta en estopa.

Mirad esto:
ha sido un falso testimonio decir que una soga al cuello no es agradable
y que el excremento de la golondrina exalta al mes de mayo.

Pero yo os digo:
una rosa es más rosa habitada por las orugas
que sobre la nieve marchita de esta luna de quince años.

Mirad esto también, antes que demos sepultura al viaje:
cuando una sombra se entrecoge las uñas en las bisagras de las puertas
o el pie helado de un ángel sufre el insomnio fijo de una piedra,
mi alma sin saberlo se perfecciona.

Al fin ya vamos a hundimos.
Es hora de que me dierais la mano
y me arañarais la poca luz que coge un agujero al cerrarse
y me matarais esta mala palabra que voy a pinchar sobre las tierras que se derriten.


Rafael Alberti.



miércoles, 7 de enero de 2015

Amor de mis entrañas.





Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. 
La piedra inerte 
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.


Federico García Lorca.

lunes, 5 de enero de 2015

La voz a ti debida. Versos 494 a 521






Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas,los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.

Te quiero pura,libre,
irreductible:tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.

Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.

Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
"Yo te quiero, soy yo".



Pedro Salinas.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...