viernes, 20 de mayo de 2016

Dejadme solo.


Una verdad es color de ceniza,
Otra verdad es color de planeta;
Mas todas las verdades, desde el suelo hasta el suelo,
No valen la verdad sin color de verdades,
La verdad ignorante de cómo el hombre suele encarnarse en la nieve.
En cuanto a la mentira, basta decirle “quiero”
Para que brote entre las piedras
Su flor, que en vez de hojas luce besos,
Espinas en lugar de espinas.
La verdad, la mentira,
Como labios azules,
Una dice, otra dice;
Pero nunca pronuncian verdades o mentiras su secreto torcido;
Verdades o mentiras
Son pájaros que emigran cuando los ojos mueren.

jueves, 19 de mayo de 2016

La noche.


 
Fresco sonido extinto o sombra, el día me encuentra.
Sí, como muerte, quizá como suspiro,
quizá como un solo corazón que tiene bordes,
acaso como límite de un pecho que respira;
como un agua que rodea suavemente una forma
y convierte a ese cuerpo en estrella en el agua.
 
Quizá como el viaje de un ser que se siente arrastrado
a la final desembocadura en que a nadie se conoce,
en que la fría sonrisa se hace sólo con los dientes,
más dolorosa cuanto que todavía las manos están tibias.
 
Sí. Como ser que, vivo, porque vivir es eso,
llega en el aire, en el generoso transporte
que consiste en tenderse en la tierra y esperar,
esperar que la vida sea una fresca rosa.
 
Sí, como la muerte que renace en el viento.
 
Vida, vida batiente que con forma de brisa,
con forma de huracán que sale de un aliento,
mece las hojas, mece la dicha o el color de los pétalos,
la fresca flor sensible en que alguien se ha trocado.
 
Como joven silencio, como verde o laurel;
como la sombra de un tigre hermoso que surte de la selva;
como alegre retención de los rayos del sol en el plano del agua;
como la viva burbuja que un pez dorado inscribe en el azul del cielo.
Como la imposible rama en que una golondrina no detiene su vuelo...
El día me encuentra.
 

miércoles, 18 de mayo de 2016

Blanco del amor.

 
No sé por qué lo hice,
pero bendita sea
esa bondad involuntaria
de la que fui capaz.
 
Si lo hice sin querer,
fui un elegido.
Si fue un impulso extraño,
qué alegría!
 
El haber sido niño
el tiempo de un relámpago
oscureció mi estrella,
me hizo olvidar la noche.
 
Involuntariamente
fui blanco del amor

contra el destino.


martes, 17 de mayo de 2016

Deseo.



Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.
 
Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.
 
Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.
 
Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.
 
Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.
 
Y tu corazón caliente,

Nada más.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...