viernes, 14 de julio de 2017

Desvelo.



Imposible se alzaba
la negación austera.

Esperaba tu voz entre las voces
múltiples que se oían,
tus bajos pasos
o tu elevada risa.

Fuera del cuarto todo podría pasar.

Mas no fue fuera donde al fin te hallé.
Yendo al pasado,
que a tan poca distancia
se encuentra de mi vida,
íntimamente te volví a ver.

Y un yo dentro de mí contigo hablaba.
Y al veros a los dos en el diálogo,
me transformé en estancia silenciosa.



Manuel Altolaguirre.

jueves, 13 de julio de 2017

Soneto en el elogio del sentimiento místico.



Árboles que tenéis corteza dura,
insensible a la yedra trepadora,
de terrestres amores defensora,
mostráis en cambio vegetal ternura

en los últimos brotes que, en la altura
del cielo, abren los labios de su flora
a la amorosa luz que en esta hora
derrama en ellos toda la hermosura.

Así los hombres tengan como escudo
una insensible piel a las bajezas
de amor que ofenden ese noble empeño

con que alcanzar la cumbre, del bien pudo
aquel que, haciendo alarde de cortezas,
abrió sus flores a un celeste dueño.


Manuel Altolaguirre.

miércoles, 12 de julio de 2017

Yo fui.



Yo fui.
Columna ardiente, luna de primavera.
Mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;
pensé, como al amanecer en sueño lánguido,
lo que pinta el deseo en días adolescentes.
Canté, subí,
fui luz un día
arrastrado en la llama.
Como un golpe de viento
que deshace la sombra,
caí en lo negro,
en el mundo insaciable.
He sido.



Luis Cernuda.

martes, 11 de julio de 2017

Forma.



Se iba quedando callada
hasta que la sombra espesa
se hizo cuerpo tuyo.
¡Ya te tengo! ¡Ya te tengo!
Aquí la sombra del cuarto,
piel fina, piel en mis dedos.
siente, tiembla. Fina seda
que palpita humanamente
entre mis dedos de nieve.
Mis dedos de hielo rizan
tu delicada quietud,
totalidad de este cuarto,
corporal y muda, extensa
sobre la estancia dormida.
Para mis ojos azules
tu negra forma se entrega,
cuajada y pura, inocente,
oh soledad de mi cuarto.
Pero no quiero mirarte.
A oscuras, paredes justas,
cámara, entraña, me aprietas;
te siento exacta y te amo,
cerrazón de vida y muerte,
negra posesión del aire,
sombra que habito y que siento
contra mi piel semejante.
Blancas paredes fronteras,
densa presencia estrechada,
cuerpo que ciego adivino
en mis sentidos dorados.


Vicente Aleixandre.

lunes, 10 de julio de 2017

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?.



¿Aquel Motor Primero
Podría en mí fijarse,
En mí, tan diminuto,
Entre infinitos seres
Del tiempo y del espacio?

Humildemente yo me siento indigno
De atraer su atención.

¿Me necesita a mí?
Esta pregunta suena y me anonada.
No interpondré ambiciones de orgulloso.
"¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?"

¿El Primer Móvil necesitaría
Cánticos, alabanzas, oraciones
Precisamente los elogios míos,
Sonantes en espacios tan enormes?

¿Cómo hacerme escuchar del Primer Móvil?
Y yo, con poca voz... Yo nada sé.
Feliz quien eso logre o que lo espere.

¿La Creación sería transición
Preliminar, insuficiente sierva?
Sin lugares, sin horas, ¿qué es el hombre?

¿Espléndido universo material
Va sucesivamente transformando
Su energía en un vértice de espíritu
Para acabar en coro de fantasmas,
Sobrantes las inútiles estrellas?
¿Y yo al final en reunión de espectros?


Jorge Guillén.

      Eternidad. Este jardín donde estoy siempre estuvo en mí. No existo. Tanta vida, tal conciencia, borran mi ser en el tiempo. Conocer la...