viernes, 31 de octubre de 2014

¿Te gustó la ciudad que gota a gota ?




Te gustó la ciudad que gota a gota
labró el agua en el centro de los pinos?
Viste suenos y rostros y caminos
y muros de dolor que el aire azota?

Viste la grieta azul de luna rota
que el Júcar moja de cristal y trinos?
Han besado tus dedos los espinos
que coronan de amor piedra remota?

Te acordaste de mi cuando subías
al silencio que sufre la serpiente
prisionera de grillos y de umbrías?

No viste por el aire transparente
una dalia de penas y alegrías
que te mando mi corazón caliente?



Federico García Lorca.

jueves, 30 de octubre de 2014

Ese muro de cal.





Ese muro de cal, lindo espejo
en que araña su luz la madrugada,
de infame gloria y muerte blasonada
coagula y alucina alba y reflejo.

Para siempre jamás. 
La suerte echada.
El grito de la boca en flor rasgada
- en el cielo, un relámpago de espada –
y, opaco, en tierra, el tumbo. 
Después,nada.

Y ahora es el reino de las alas. 
Huele a raíces y a flores. 
Y el decirme, decirte con tu sangre lo que sellas.

Por ti, porque en el aire el nebli vuele,
España, España, España está en pie, firme,
arma al brazo y en lo alto las estrellas.



Gerardo Diego.

miércoles, 29 de octubre de 2014

La voz a ti debida. Versos 201 a 236.





-Mañana-. 
La palabra iba suelta, vacante, 
ingrávida, en el aire, 
tan sin alma y sin cuerpo, 
tan sin color ni beso, 
que la dejé pasar 
por mi lado, en mi hoy. 
Pero de pronto tú 
dijiste: «Yo, mañana...» 
Y todo se pobló 
de carne y de banderas. 
Se me precipitaban 
encima las promesas 
de seiscientos colores, 
con vestidos de moda, 
desnudas, pero todas 
cargadas de caricias. 
En trenes o en gacelas 
me llegaban - agudas, 
sones de violines - 
esperanzas delgadas 
de bocas virginales. 
O veloces y grandes 
como buques, de lejos, 
como ballenas 
desde mares distantes, 
inmensas esperanzas 
de un amor sin final. 
¡Mañana! Qué palabra 
toda vibrante, tensa 
de alma y carne rosada, 
cuerda del arco donde 
tú pusiste, agudísima, 
arma de veinte años, 
la flecha más segura 
cuando dijiste: Yo...



Pedro Salinas.

martes, 28 de octubre de 2014

Cada cosa cada cosa.





Hoy estoy más contento
porque monto un caballo de veras,
porque los estribos hechos de hierro
aprietan un vientre desnudado.

La dureza del mundo no existe, ni las canciones se osifican.
Las serpientes consiguen ser serpientes y las cintas son cintas.
No es fácil confundir un ojo y una estrella.
A nadie se le ocurriría apellidar a la Luna Señora.

Un bello guante de mimbre,
suave malgré tout
encuentra su empleo precisamente en este día.
Y una cabeza de cartón descolgada
se lamenta de no ser más que eso: elegancia.

Porque todo quiere ser más.
Yo tengo un primo hermano,
un abrazo extremoso,
un reloj hecho de primavera,
una carita de enana que guardo como recuerdo
de una excursión al África ecuatorial, cuatro vasos hechos de telas de araña 
recogidas de labios mudos por tres meses.

Tengo muchas cosas.
Pero todas quieren ser más.
Mi prima Rosalía
la linda doncellita que en su niñez fue un cerdito o crujido,
mi enamorada Rosa que se callaba siempre ante el siseo de otras aguas,
más pequeñita que nunca,
se empeñaba siempre en enseñarme cómo deben ser los muslos por los labios.

Recuerdo que un barco,
un pincel,
un saludo por la calle,
una rana cariñosa o sencillamente el bostezo,
todo junto aspiraba también a la política,
a explicarse finalmente por qué las cocinas económicas renunciaron para siempre al amor.

Cada cosa debe estar en su sitio.
A mí me gusta dormir sobre un dado.
Una mano, la izquierda, acostumbrada a tomar el mundo para que descanse,
no se acostumbra como yo quiero a ser sólo lo que es: indiferencia.

Por dondequiera ve cabezas,
o planchas calientes,
e inicia saludos y pretende tener una ronca voz y hasta una forma respetable,
y deponer sus quejas ante lirios o canapés o luces que no interrumpan.

Si yo acaricio un escarabajo,
si me rebajo para decir ternezas al águila caudal,
si sello mis labios y me hago impenetrable a las preguntas de los peces fríos,
el Sol se detiene, se alarga, se convierte en escala,
desciende y se entretiene en establecer tiendas de aparatos eléctricos.

¡Oh no! ¡la falsedad no!
Todo de verdad.
No importa que mi reloj de carne se calle siempre
y mienta un lejano pitido dos calles más arriba cuando yo estoy aquí hablando con
[vosotros.
Tampoco importa que un dulce zapato de cristal,
besado por la Cenicienta, sirva diariamente para acarrear cadáveres de sombra o ternura.

Todo está bien. Pero está mejor ser de verdad,
ser de verdad lo que es -lo que es sólo.
Por ejemplo, -esperanza-.
Por ejemplo, -cuadrado-.
Por ejemplo, -estepario-.
Todo lo que realmente tiene un sentido.

Buenas noches.
Con este abrigo hecho de pelasan o de ternura o pelagra
-aunque no sé bien lo que es esta palabra-,
me voy a recorrer ahora las diferentes formaciones,
a ver si todo está en orden;
porque me han dicho que falta algún extremo:
ignoro si el que limita al norte con las mesas de billar
o el que al sur linda con las bandas de música.



Vicente Aleixandre.

lunes, 27 de octubre de 2014

Él iba solo.






Él iba solo 
tambaleándose…

Borracho de amor, 
borracho de hambre, 
borracho de alcohol, 
quién sabe.

Él iba solo 
tambaleándose.


Pedro Garfias.

      Eternidad. Este jardín donde estoy siempre estuvo en mí. No existo. Tanta vida, tal conciencia, borran mi ser en el tiempo. Conocer la...