viernes, 19 de diciembre de 2014

Es la noche sin fin...







Es la noche sin fin, la desvelada noche, 
que con sus filos de cuchilla
implacable recorta en amarilla
muerte nuestra silueta enajenada.

Vivir, cuando vivir no vale nada,
equivale a sembrar, con la semilla
infecunda, el dolor, que tanto humilla,
de una existencia rota y postergada.

Y el insomnio repite inexorable
el paso de la vida irrevocable,
que, sin dejarse de sentir, se aleja.

¿Dónde nos llevará, tan sin camino,
tan juguete irrisorio del destino,
nuestra razón destartalada y vieja?



Juan José Domenchina.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Tu soledad te defiende...




Tu soledad te defiende,
te limitan tus miradas,
que yo sé que tu alma llega
adonde tu vista alcanza,
adonde llegan tus sueños,
adonde tu amor acaba.
Este viento no es el viento,
es tu soledad alterada,
es tu aire que revuela,
es que alborota tu gracia.
Son tus ojos que acarician
transparencias y esperanzas,
agua de lagos y ríos,
verdores de esbeltas ramas.
Es tu soledad valiente,
defensora de tu alma.


Manuel Altolaguirre.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Embrujao por tu querer.








Ando medio loco.
"Embrujao" por tu querer.
Tengo en carne viva
Por tu culpa el corazón.
Eres mi delirio y el arroyo de mi sed.
Cielo y pan moreno
"pa" mis ansias de pasión.

Tu amor con fe yo venero.
Por ti no se lo que haría.
Tu amor "pa" mi es lo primero.
¡Ay! yo te quiero,
yo te quiero, vida mía.

Por ti ardo en vivo fuego.
Por ti pierdo hasta el sosiego.
Por ti vivo "enamorao".
Y por ti además yo soy capaz
de pedir limosna, de matarme y de matar.
De pedir limosna, de matarme y de matar.

Lloro a cada paso
sin poderme consolar.
Voy y vengo ciego
si te alejas tú de mí.
Tengo en el "sentío"
Que me vas a abandonar.
Y eso, ni durmiendo,
yo lo puedo consentir.

Tu amor me da calentura.
Tu amor es cruz y alegría.
Tu amor es sol y negrura.
¡Ay, qué locura!
¡Qué locura vida mía!
¡Qué locura, qué locura vida mía.



Rafael de León.

martes, 16 de diciembre de 2014

Tuvo mi amor la forma de tu vida.





Tuvo mi amor la forma de tu vida.
Nunca el olvido le cerró los labios
a la estela ni al cauce, 
ni a la gruta que atravesabas tú; 
límite era que se quedaba estático afirmando
contra el tiempo engañoso una perenne
honda oquedad tan fiel a tu persona
que más que ausencia un alma parecía.
Ven a buscarme. 
Tengo yo la entrada de tus recuerdos, 
quietos, encerrados en mis caricias: forma de tu vida.


Manuel Altolaguirre.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Silla Felicidad.





La caída de vuestros cabellos es el ángel que me eterniza señora
pero cada día nos sirve un ala de horizonte posible
en la vajilla que rompe vuestra risa
sobre el fondo incansable de vuestro carácter

El abanico instalado en vuestro aire de familia
retiene su soplo y vuestro rostro se aquieta
fuera hace entonces frío 
todas las piedras están huérfanas
todos los puños cerrados todas las cenizas al acecho
cada gota de sol testimonia una voluntad opuesta a honrar vuestras deudas

Parcialmente sentado sobre un filón de alma no me atrevo
a oscilar de miedo a que cielo y tierra rechinen los goznes de nuestra vida privada
si yo os contemplo la noche deposita un sauce en la llanura de los suspiros
si me duermo el viento abre el armario de mi espalda
y deja huir las alas de los verdores




Juan Larrea.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...