viernes, 25 de mayo de 2018

A nivel.



Fácil no fue regir mis relaciones
de amistad con la mesa aquí presente
desde esta silla en que la afronto ahora.
Se interpuso el trabajo apresurado,
y una dolencia me indispuso
en contra de todo alrededor,
jamás amable sin ojos ya serenos.
Es fatal: Por entre muchos roces, circunstancias
-de muy varios niveles-
nos exigen esfuerzo... de dominio.

Silla, mesa,
en situación tranquila de acomodo
con este al fin sosiego más que práctico,
mantienen la virtud de un equilibrio
donde figuro yo como energía necesaria.
Soy yo quien siente ahora la paz triunfante
aquí porque la oigo sin querer con mi oído
y la acreciento con mi serenidad,
fortalecida por esta justa posición de aplomo:
Yo y la tersa madera de esa mesa,
a un preciso nivel de circunstancia.


Jorge Guillén.

jueves, 24 de mayo de 2018

Una prisión. -1936-


Aquel hombre no tuvo nunca historia,
Pero tenía Historia como todos
Los hombres. Cierta crisis... Le apenaba

Recordar. Una vez hablo, sereno.
Evoco mi prisión, no «mis prisiones».
Fue muy breve mi paso por la cárcel.
Cárcel en horas de mortal peligro.
Nos rodeaban solo fratricidas.

-¿Hoy la suerte común será mi suerte:
Que sin forma de ley se me fusile
En nombre del Eterno, aquí tan bélico,

De sus milicias y de sus devotos?-
Confiar en mi estrella fue mi ayuda.
-¡No en Dios!- Andaba con los asesinos,

Según los asesinos y sus cómplices.


Jorge Guillén.

miércoles, 23 de mayo de 2018

El cielo que es azul Ardor.


Ardor. Cornetines suenan
tercos, y en las sombras chispas
estallan. Huele a un metal
envolvente. Moles. Vibran
extramuros despoblados
en torno a casas henchidas
de reclusión y de siesta.
En sí la luz se encarniza.

¿Para quién el sol? Se juntan
los sueños de las avispas.
¿Quedará el ardor a solas
con la tarde? Paz vacía:
cielo abandonado al cielo,
sin un testigo, sin línea.
Pero sobre un redondel
cae de repente y se fija,
redonda, compacta, muda,
la expectación. Ni respira.
¡Qué despejado lo azul,
qué gravitación tranquila!

Y en el silencio se cierne
la unanimidad del día,
que ante el toro estupefacto
se reconcentra amarilla.

¡Ardor: reconcentración
de espíritus en sus dichas!
Bajo Agosto van los seres
profundizándose en minas.

¡Calientes minas del ser,
calientes de ser! Se ahíncan,
se obstinan profundamente
masas en bloques. ¡Canícula
de bloques iluminados,
plenarios, para más vida!
Todo en el ardor va a ser,
¡amor!, lo que más sería.

¡Ser más, ser lo más y ahora
alzarme a la maravilla
tan mía, que está aquí ya,
que me rige! La luz guía.


Jorge Guillén.

martes, 22 de mayo de 2018

Álamos con río.




(Antonio Machado)

Frente al blanco gris del cerro,
Al par del río la ruta
Divisa con ansiedad
Álamos : perfil de lluvia.

Mansamente el río traza
Su recreo curva a curva
Mientras en leve temblor
Los álamos se dibujan,

Y tan verdes como el río
Follaje a follaje arrullan
Al dichoso de escuchar
Álamos de casi música.

Dichoso por la ribera
Quien sigue al río que aguza
La compañía en el agua,
En los álamos la fuga.

Junto a las trémulas hojas
Alguien , solitario nunca,
Habla a solas con el río.
¡Álamos de brisa y musa!


Jorge Guillén.

lunes, 21 de mayo de 2018

Anillo II.



Aunque el deseo precipita un culto
Que es un tropel absorto, da un rodeo
y en reverencia cambia su tumulto,
Sin cesar renaciente del deseo...

Sobre su cima la hermosura espera,
Y entregándose toda se recata
Lejos -¿cómo ideal y verdadera?-
Tan improbable aún y ya inmediata.

¡Es tan central así, tan absoluta
La Tierra bien sumida en universo,
Sin cesar tan creado! ¡Cuánta fruta
De una sazón en su contorno terso!

El amor está ahí, fiel Infinito
-No es posible el final- sobre el minuto
Lanzando de una vez, aerolito
Súbito, la agresión de lo absoluto.

¡Oh súbita dulzura! No hay sorpresa,
Tan soñado responde el gran contento.
Y por la carne acude el alma y cesa
La soledad del mundo en su lamento.


Jorge Guillén.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...