viernes, 16 de febrero de 2018

La voz a ti debida. (Versos 2273 a 2357)


Lo encontraremos, sí.
Nuestro beso.
¿Será en un lecho de nubes,
de vidrios o de ascuas?
¿Será este minuto próximo,
o mañana, o el siglo
por venir, o en el borde
mismo ya del jamás?
¿Vivos, muertos? ¿Lo sabes?
¿Con tu carne y la mía,
con mi nombre y el tuyo?
¿O ha de ser ya con otros
labios, con otros nombres
y siglos después, esto
que está queriendo ser
hoy, aquí, desde ahora?
Eso no lo sabemos.
Sabemos que será.
Que en algo, sí, y en alguien
se tiene que cumplir
este amor que inventamos
sin tierra ni sin fecha
donde posarse ahora:
el gran amor en vilo.
Y que quizá, detrás
de telones de años,
un beso bajo cielos
que jamás hemos visto,
será sin que lo sepan
esos que creen dárselo,
trascendido a su gloria,
el cumplirse, por fin,
de ese boso impaciente
que te veo esperando,
palpitante en los labios.
Hoy nuestro beso, su lecho,
están sólo en la fe.


Pedro Salinas.

jueves, 15 de febrero de 2018

¿Todo se ha perdido..?



¡ Ay, sombra, sombra,
búscame por el fuego!

Me acerco a la mariposa:
¡está al fondo del estanque!
Me acerco al árbol mas bello:
¡está al fondo del estanque!
Me acerco al niño que juega:
¡está al fondo del estanque!
Me acerco al alan, en silencio:
¡está al fondo del estanque!...

¡Ay, sombra, sombra,
quise entrar en ella...

¡Buscaba el alivio
de otras tardes, muertas!

Un jazmín cantaba
su aroma de estrella...

-¡Ay, jazmín!...

Me acerco:
su flor está en tierra.

Un árbol soñaba
toda una alameda.

Me acerco...
Sus ramas,
sobre el suelo, secas...

Era un ascua el pájaro,
¡luz de primavera!

Me acerco...
Sus alas:
ceniza en la yerba.

¡La yerba! ¡la yerba!
¡Oh final ternura!
(¡Me arrodillo en ella!...)

¡Mis labios!...
(Mis besos, se quiebran
sin eco, en la arena...)

¡Ay, sombra, sombra,
búscame por el fuego!

Aún me queda una esperanza:
¿no seré yo el que está muerto?

¡Ay, sombra, sombra,
búscame por el fuego!


Emilio Prados. 


miércoles, 14 de febrero de 2018

Olvido.


Ahora la luz no existe
ni vemos ya la rosa,
ni el niño, el hombre, el árbol,
ni la nube, ni el sol.
Dios mío, estoy en tu Voz sin espacio ni tiempo,
entre otras voces tuyas creadoras.

¡Qué amor aquí, Dios mío!
¡Que posesión eterna de todo Tú!
Ahora me burlo de mi cuerpo,
de mi sensible cuerpo que cogía
líneas, perfumes, roces y sonidos,
queriendo despertarme
cuando yo desvelado vislumbraba,
más allá de la forma,
tu reinado.


Manuel Altolaguirre.

martes, 13 de febrero de 2018

No me conformo.



No me conformo, no: me desespero
como si fuera un huracán de lava
en el presidio de una almendra esclava
o en el penal colgante de un jilguero.

Besarte fue besar un avispero
que me clama al tormento y me desclava
y cava un hoyo fúnebre y lo cava
dentro del corazón donde me muero.

No me conformo, no: ya es tanto y tanto
idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.

Un enterrado vivo por el llanto,
una revolución dentro de un hueso,
un rayo soy sujeto a una redoma.


Miguel Hernández.

lunes, 12 de febrero de 2018

En medio de la plaza y sobre tosca piedra.



En medio de la plaza y sobre tosca piedra,
el agua brota y brota. En el cercano huerto
eleva, tras el muro ceñido por la hiedra,
alto ciprés la mancha de su ramaje yerto.

 La tarde está cayendo frente a los caserones
de la ancha plaza, en sueños. Relucen las vidrieras
con ecos mortecinos de sol. En los balcones
hay formas que parecen confusas calaveras.

 La calma es infinita en la desierta plaza,
donde pasea el alma su traza de alma en pena.
El agua brota y brota en la marmórea taza.
En todo el aire en sombra no más que el agua suena.


Antonio Machado.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...