viernes, 13 de junio de 2014

Palabras.





Pero no importa que todo esté tranquilo
-La palabra esa lana marchita-
flor tú muchacha casi desnuda viva viva
-la palabra esa arena machacada-
muchacha con tu sombra qué dulce lucha
como una miel fugaz que casi muestras bordes
-La palabra la palabra la palabra qué torpe vientre hinchado-
Muchacha te has marchado de espuma delicada

Papel Lengua de luto Amenaza Pudridero
palabras palabras palabras palabras
Iracundia Bestial Torpeza Amarillez
palabras contra el vientre o muslos sucias
No me esperes ladina nave débil
débil rostro ladeado que repasas
sobre un mar de nácar sostenido por manos
nave papel o luto borde o vientre
palabra que se pierde como arena.


Vicente Aleixandre.

jueves, 12 de junio de 2014

Si mis manos pudieran deshojar.





Yo pronuncio tu nombre 
En las noches oscuras 
Cuando vienen los astros 
A beber en la luna 
Y duermen los ramajes 
De las frondas ocultas. 
Y yo me siento hueco 
De pasión y de música. 
Loco reloj que canta 
Muertas horas antiguas. 

Yo pronuncio tu nombre, 
En esta noche oscura, 
Y tu nombre me suena 
Más lejano que nunca. 
Más lejano que todas las estrellas 
Y más doliente que la mansa lluvia. 

¿Te querré como entonces 
Alguna vez? ¿Qué culpa 
Tiene mi corazón? 
Si la niebla se esfuma 
¿Qué otra pasión me espera? 
¿Será tranquila y pura? 
¡¡Si mis dedos pudieran 
Deshojar a la luna!!


Federico García Lorca.

miércoles, 11 de junio de 2014

La voz a ti debida. Versos 792 a 830



Qué alegría, 
vivir sintiéndose vivido. 
Rendirse a la gran certidumbre, oscuramente, 
de que otro ser, fuera de mí, 
muy lejos, me está viviendo. 
Que cuando los espejos, los espías, 
azogues, almas cortas, 
aseguran que estoy aquí, yo, inmóvil, 
con los ojos cerrados y los labios, 
negándome al amor de la luz, 
de la flor y de los nombres, 
la verdad trasvisible es que camino sin mis pasos, 
con otros, allá lejos, 
y allí estoy besando flores, luces, hablo. 
Que hay otro ser por el que miro el mundo 
porque me está queriendo con sus ojos. 
Que hay otra voz con la que digo cosas 
no sospechadas por mi gran silencio; 
y es que también me quiere con su voz. 
La vida -¡qué transporte ya!-,
ignorancia de lo que son mis actos, que ella hace, 
en que ella vive, doble, suya y mía. 
Y cuando ella me hable de un cielo oscuro, 
de un paisaje blanco, 
recordaré estrellas que no vi, que ella miraba, 
y nieve que nevaba allá en su cielo. 
Con la extraña delicia de acordarse 
de haber tocado lo que no toqué 
sino con esas manos que no alcanzo 
a coger con las mías, tan distantes. 
Y todo enajenado podrá el cuerpo 
descansar quieto, muerto ya.
 Morirse en la alta confianza 
de que este vivir mío no era sólo mi vivir: 
era el nuestro. 
Y que me vive otro ser por detrás de la no muerte.



Pedro Salinas.

martes, 10 de junio de 2014

Mañana lenta.



Mañana lenta, 
cielo azul, 
campo verde, 
tierra vinariega. 
Y tú, mañana, que me llevas. 
Carreta demasiado lenta, 
carreta demasiado llena 
de mi hierba nueva, 
temblorosa y fresca, 
que ha de llegar
- sin darme cuenta - 
seca.


Dámaso Alonso.

lunes, 9 de junio de 2014

Jardín antiguo.





Ir de nuevo al jardín cerrado,
Que tras los arcos de la tapia,
Entre magnolios, limoneros
Guarda el encanto de las aguas.

Oír de nuevo en el silencio
Vivo de trinos y de hojas,
El susurro tibio del aire
Donde las almas viejas flotan.

Ver otra vez el cielo hondo
A lo lejos, la torre esbelta
Tal flor de luz sobre las palmas:
Las cosas todas siempre bellas.

Sentir otra vez, como entonces,
La espina aguda del deseo,
Mientras la juventud pasada
Vuelve. Sueño de un dios sin tiempo.



Luis Cernuda.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...