viernes, 20 de septiembre de 2019
Dame tu oscura hostia.
No te apiades de mí,
luz cenicienta.
Dame tu oscura hostia,
tu último pan...
Un sueño sin retorno y sin recuerdo.
Déjame hundirme en ese pozo negro,
más abajo del limo y de la larva...
Donde la vida es un fantasma verde
que nadie vio jamás.
León Felipe.
jueves, 19 de septiembre de 2019
Las hojas de un tilo.
Una dorada luz
-es por la tarde,
ya es un setiembre bajo un sol de otoño-
fulge sobre el envés de algunas hojas,
más sosegadas que las amarillas,
dispuestas a morir en su hermosura.
Jorge Guillén.
miércoles, 18 de septiembre de 2019
Aventad las palabras.
Deshaced ese verso,
quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma...
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso
será
la poesía.
¿Qué importa
que la estrella esté remota
y deshecha la rosa?
Aún tendremos
el brillo y el aroma.
León Felipe.
martes, 17 de septiembre de 2019
El descaminado.
¡Si pudiese dormir! Aun me extravío
por ese insomnio que se me rebela.
No sé lo que detrás de la cancela
me ocurre en mi interior aun más sombrío.
Dentro, confuso y torpe, me desvío
de lo que el alma sobre todo anhela:
mantener encendida esa candela
propia sin cuya luz yo no soy mío.
¡-Descaminado enfermo-!
Peregrina tras mi norma hacia un orden,
tras mi polo de virtud va esta voz.
El mal me parte.
Quiero la luz hurnilde que ilumina
cuerpo y alma en un ser, en uno solo.
Mi equilibrio ordinario es mi gran arte.
Jorge Guillén.
lunes, 16 de septiembre de 2019
Tu desnudo.
El cielo de tu tacto
amarillo cubría
el oculto jardín
de pasión y de música.
La caricia del alma
-brisa en temblor- movía
todo lo que tú eras.
¡Qué crepúsculo bello
de rubor y cansancio
era tu piel!
Estabas como un astro sin brillo,
recibiendo del sol
la luz de tu contorno.
Sólo bajo tus pies era de noche.
Manuel Altolaguirre.
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