viernes, 5 de octubre de 2018

Pinares.


No se ven hombres.
No hay causa de interrupción inoportuna.
Se entrega a una luz que es pausa
la copa del pino en luna de verano - castellano-.
¿Luego?
Creedme: temprano la vida,
que va a empezar
a mover su brega bronca,
vale más si un ansia entronca
la paz actual del pinar.

Jorge Guillén.

jueves, 4 de octubre de 2018

Sazón.


El vaivén de la esquila
De la oveja que pace...
En su punto la tarde:
Fina monotonía.

¡Polvareda de calma,
Trasluz de lo plenario!
¡Ahínco cabizbajo,
Émulo de la hazaña!

La quietud es extrema
En el rebaño terco.
Acrece y guarda el tiempo
Sus minutos, su hierba.

¡Lejanías en blanco,
Para la rumia grama!
¡Horizonte, tardanza
Del infinito espacio!

En su punto la tarde:
Fina monotonía...
El vaivén de la esquila
De la oveja que pace.


Jorge Guillén.

miércoles, 3 de octubre de 2018

El cielo que es azul. Festividad.


La acumulación triunfal
En la mañana festiva
Hinche de celeste azul
La blancura de la brisa.
¡Florestas, giros, suspiros
En islas a la deriva!
Pies desnudos trazan vados
Entre todas las orillas
Que Junio fomenta, verdes
Liberales y garridas.
Y los aros de los niños
Fatalmente multiplican
Ondas de gracia sobrante,
Para dioses todavía.
¡Tanta claridad levantan
Las horas de arena fina!
Los enamorados buscan,
Buscan una maravilla.
¡Qué bien por el río bogan!
¡Al mar! Ya el mar los hechiza
Pero los cielos difusos
Luces agudas enviscan.
Caballos corren, caballos
Perseguidos por las dichas.
¡Vientos esbeltos! Sus ángeles,
Que un frescor de costa guía,
Aman a muchachas blancas,
Blancas, pleamar divina.
Pleamar también del mar
Corvo de animal delicia:
Obstinación de querencia
Turnos de monotonía,
Pero en ápice de crisis
Que tiende choques en chispas
Al azul, aunque celeste,
Vivacísimo en la brisa.
¡Júbilo, júbilo, júbilo!
Y rinde todas sus cimas
-Fuerza de festividad-
Todo el resplandor del día.

Jorge Guillén.

martes, 2 de octubre de 2018

Tiempo a vista de pájaro.


A Luis Cernuda.
La eternidad es tuya,
profeta con memoria,
gozador del presente.

¿Qué extensión se dilata
dentro de ti?

¿Qué mirada gozosa
por tu espíritu extiendes?

El pasado, el futuro,
lo presente, el hundido
tiempo total del hombre,
pensativo dominas.

La eternidad, que es sólo
tiempo a vista de pájaro,
vive entre tus ideas,
bajo los cielos tuyos,
bajo las altas águilas
que vuelan en tu frente.

Manuel Altolaguirre.

lunes, 1 de octubre de 2018

¿Te acuerdas?.



Como mi sombra contra el muro
cuando me acerco a la luz baja,
mi alma se agrandó
cuando luché contigo,
luz pequeña, lumbre chica, enemiga.

Me debatí en el viento
sobre una gran ciudad de dominados,
golpeando el vacío como un loco,
abarcando otros aires,
dueño solo y rebelde
de un ámbito vencido.

Yo soy éste que veo
brotar de mí, sobrepasarme,
el que fuera de sí ya no se encuentra,
el que agrandó sus brazos por buscarse.

Una sombra, no un sol, conquistadora,
que una elevada soledad hundida
y una anchurosa majestad despliega.

Bajo mi pie, contigo, está mi cuerpo.
Un gigante de espíritu lo aplasta,
un amor grande, triunfador, me eleva.

No es la muerte, es la vida;
la sombra dueña, no la luz esclava;
la posesión secreta, no la entrega
limitada, visible, delatora.

No son amantes en lascivo juego,
sino mi casta soledad erguida.
Labios de humo sin besar, ardientes;
miradas interiores, lejanísimas.

Los ríos y las aves, las palmeras,
todo puede surcarlo el alma mía.
Hasta el cariño que te tengo vuela.

Castillos en el aire, fantasías,
un vendaval, el mar, los trigos,
tu desnudo tendido en las arenas.
Azul y rojo, blanco, verde, frío,
jazmines, roces, músicas, ¿te acuerdas?

Manuel Altolaguirre.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...