viernes, 12 de abril de 2019

En hora fea.


Llegas en los días de acero,
cuando las casas se desploman,
y los perros comen cadáveres.
Un espíritu ciego
revolviendo valores,
dividiendo familias,
idiotizando almas,
recorre todos los países.
Me encuentras roto, desmigajado,
dispuesto solamente
a no creer que existe
fuente del bien, ni posible alegría.
Vienes en hora amarga,
cuando falta la fe,
cuando el viento es de plomo,
la noche de carbón
y las flores un puñado de espinas.
Ten cuidado, que besas
la sombra de un fantasma.

José Moreno Villa.

jueves, 11 de abril de 2019

La estrella venida.


En el naranjo está la estrella.
¡A ver quién puede cojerla!

¡Pronto, venid con las perlas,
traed las redes de seda!

En el tejado está la estrella.
¡A ver quién puede cojerla!

¡Oh, que olor a primavera
su pomo de luz eterna!

En los ojos esta la estrella.
¡A ver quién puede cojerla!

¡Por el aire, por la yerba,
cuidado, que no se pierda!

¡En el amor está la estrella!
¡A ver quién puede cojerla!

Juan Ramón Jiménez.

miércoles, 10 de abril de 2019

El Sol.


El sol bajaba entonces
al barranco profundo
que debe haber detrás del horizonte,
alargando las sombras
-lentas aguas opacas- de lo erguido,
dando nuevos colores a las cosas,
como si presintiera
la negra oscuridad vecina,
inevitable, de la noche.

Manuel Altolaguirre.

martes, 9 de abril de 2019

Apertura de curso.


Para Jacques Deguise

No te equivocas, niño.
La fuerza de tus pocos
Meses -robustos meses-
Te empuja hacia una incógnita.
¿No hay cocos en la noche del cuarto?
Mira bien y no ceses de querer con afán
Descubrir este mundo por la senda terrible
donde van amor y destrucción, el odio, la alegría.
¿No es un lote de Cid aunque nadie lo entienda?
Tu puño dice ya: La vida es mía.

Jorge Guillén.

lunes, 8 de abril de 2019

Amiga pintura.


Un cielo atendido apenas
da su lejanía al claro del ramaje.
¡Yo separo los azules!
Son ajenas sus glorias a las terrenas
Islas del Mayo mejor.
Junto al agua está un pintor,
regente de esta hermosura.
Pinta bien: ¡se me apresura
todo Mayo hacia un amor!


Jorge Guillén.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...