jueves, 31 de octubre de 2013

Amada, el aura dice.



Amada, el aura dice
Tu pura veste blanca...
No te verán mis ojos;
¡Mi corazón te aguarda!

El viento me ha traído
Tu nombre en la mañana;
El eco de tus pasos
Repite la montaña...
No te verán mis ojos;
¡Mi corazón te aguarda!

En las sombrías torres
Repican las campanas...
No te verán mis ojos;
¡Mi corazón te aguarda!

Los golpes del martillo
Dicen la negra caja;
Y el sitio de la fosa,
Los golpes de la azada...
No te verán mis ojos;
¡Mi corazón te aguarda!



miércoles, 30 de octubre de 2013

La sangre al río.




Llegó la sangre al río. 
Todos los ríos eran una sangre, 
Y por las carreteras 
De soleado polvo 
- O de luna olivácea -
Corría en río sangre ya fangosa 
Y en las alcantarillas invisibles 
El sangriento caudal era humillado 
Por las heces de todos.

Entre las sangres todos siempre juntos, 
Juntos formaban una red de miedo. 
También demacra el miedo al que asesina, 
Y el aterrado rostro palidece, 
Frente a la cal de la pared postrera, 
Como el semblante de quien es tan puro 
Que mata.

Encrespándose en viento el crimen sopla. 
Lo sienten las espigas de los trigos, 
Lo barruntan los pájaros, 
No deja respirar al transeúnte 
Ni al todavía oculto, 
No hay pecho que no ahogue: 
Blanco posible de posible bala.

Innúmeros, los muertos, 
Crujen triunfantes odios 
De los aún, aún supervivientes. 
A través de las llamas 
Se ven fulgir quimeras, 
Y hacia un mortal vacío 
Clamando van dolores tras dolores. 
Convencidos, solemnes si son jueces 
Según terror con cara de justicia, 
En baraúnda de misión y crimen 
Se arrojan muchos a la gran hoguera 
Que aviva con tal saña el mismo viento, 
Y arde por fin el viento bajo un humo 
Sin sentido quizá para las nubes. 

¿Sin sentido? Jamás.
No es absurdo jamás horror tan grave. 
Por entre los vaivenes de sucesos 
- Abnegados, sublimes, tenebrosos, feroces - 
La crisis vocifera su palabra 
De mentira o verdad, 
Y su ruta va abriéndose la Historia, 
Allí mayor, hacia el futuro ignoto, 
Que aguardan la esperanza, la conciencia 
De tantas, tantas vidas.





martes, 29 de octubre de 2013

Dánae.




Ya rosas, sí. 
Pasión en llama. 
Oler primicias es júbilo. 
También el cuerpo, amanecido,
recién amanecido, nacido, es flor. 
Apenas sabe su ayer. 
Ya vive su día y se deshoja
en pétalos fugaces de vanidad, gozoso.
Hondo solaz, o gloria perfecta: el sol me absorbe.
Ya soy lo que supuso mi ambición: elemento.
Elemento, latido de la luz, esto es, cántico.
La verdad que te colma, feliz: lluvia de oro.

Juan José Domenchina.

lunes, 28 de octubre de 2013

Tu risa.



Quítame el pan si quieres
Quítame el aire, pero
No me quites tu risa.

No me quites la rosa,
La lanza que desgranas,
El agua que de pronto
Estalla en tu alegría,
La repentina ola
De planta que te nace.

Mi lucha es dura y vuelo
Con los ojos cansados
A veces de haber visto
La tierra que no cambia,
Pero al entrar tu risa
Sube al cielo buscándome
Y abren para mí todas
Las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
Más oscura desgrana
Tu risa, y si de pronto
Ves que mi sangre mancha
Las piedras de la calle,
Ríe, porque tu risa
Será para mis manos
Como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
Tu risa debe alzar
Su cascada de espuma,
Y en primavera, amor,
Quiero tu risa como
La flor que yo esperaba,
La flor azul, la rosa
De mi patria sonora.

Ríe de la noche
Del día, de la luna,
Ríete de las calles
Torcidas de la isla,
Ríete del torpe
Muchacho que te quiere,
Pero cuando yo abro
Los ojos y los cierro,
Cuando mis pasos van,
Cuando vuelven mis pasos,
Niégame el pan, el aire,
La luz, la primavera,
Pero tu risa nunca
Porque me moriría.













El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...