miércoles, 6 de febrero de 2019

El mar.


Nuestras vidas son los ríos
que van a dar al espejo
sin porvenir de la muerte.

Allá van nuestros recuerdos
mostrándonos lo que fuimos
y para siempre seremos,
cristal en que nuestras almas
revivirán lo vivido
en las prisiones del tiempo.

Estar lejos de la muerte
es no verse, es estar ciego,
con la memoria perdida,
nublando el entendimiento,
sin voluntad caminando,
volubles, desconociéndonos.

Manuel Altolaguirre.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...