lunes, 10 de septiembre de 2018

Los nombres.


Albor.
El horizonte entreabre sus pestañas,
y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina de las cosas.
La rosa se llama todavía hoy rosa,
y la memoria de su tránsito, prisa.

Prisa de vivir más.
A lo largo amor nos alce
esa pujanza agraz del Instante,
tan ágil que en llegando a su meta
corre a imponer después.
Alerta, alerta, alerta,
yo seré, yo seré.

¿Y las rosas?
Pestañas cerradas: horizonte final.
¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.

Jorge Guillén.

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