viernes, 19 de enero de 2018

A la poesía, árbol joven y eterno, castillo de belleza.



En el libro “Árbol añoso”,
de Narciso Alonso Cortés.



Sí; en tu cerca ruin, que desordena
ya abril con su pasión verdecedora,
al sol más libre ¡oh árbol preso!, dora
tu cúpula broncínea, blanda y plena.

Por ti es fuerte tu cárcel; por ti amena
su soledad inerme. Inmensa aurora
es tu sombra interior, fresca y sonora
en el yermo sin voz que te encadena.

Ave y viento, doble ala y armonía,
vendrán a tu prisión, sin otro anhelo
que el de la libertad y la hermosura...

Espera, ¡oh árbol solo! -¡oh alma mía!-,
seguro en ti e incorporado al cielo,
firme en la excelsitud de tu amargura.


Juan Ramón Jiménez.

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