lunes, 4 de septiembre de 2017

La nube.



Como el alma de un río,
como el sueño de un árbol,
la nube por el cielo desdeñosa,
avanzando, desprecia las miradas
amorosas del campo.

Perderá su hermosura,
deshaciéndose en llanto,
cuando su amor conceda
a la sed de unos labios.

No te entregues, blanquísima
virgen de los espacios,
que tu amante es el polvo
y tu amor será barro.


Manuel Altolaguirre.

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