jueves, 7 de septiembre de 2017

Desahucio.



  Ángeles malos o buenos,
que no sé,
te arrojaron en mi alma.
  Sola,
sin muebles y sin alcobas,
deshabitada.
  De rondón, el viento hiere
las paredes,
las más finas, vítreas láminas.
  Humedad. Cadenas. Gritos.
Ráfagas.
  Te pregunto:
¿cuándo abandonas la casa,
dime,
qué ángeles malos, crueles,
quieren de nuevo alquilarla?
  Dímelo.



Rafael Alberti.

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