jueves, 9 de junio de 2016

Para estar contigo.


Sé que a solas, aburrido
De estar vivo y quedar muerto,
Pasas el tiempo, o te pasa
El tiempo sin tú quererlo.
 
Pues el fuego no la anima
Sino en lumbre pasajera,
Entiende la paradoja
De tu existencia incompleta.
 
La luna a veces es clara,
El aire a veces es tibio,
El cuerpo joven tan puro
Como siempre, y tan perdido.
 
El sino te lleva, y puedes,
Si así lo quieres, pararle,
Cuando seguir cansa. Entonces
Eres dueño en lo que vale.
 
Luego la vejez alcanza,
Y con ella ese recelo
De una falla, ajena o tuya,
En el ciclo ya completo.
 
No digas que no esperabas
Todo ello en el principio,
Y acepta, como si iguales,
Lo esperado y lo vivido.
 

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...