lunes, 6 de junio de 2016

José Moreno Villa.


A menos de un minuto de las voces,
a un día del abrazo,
con ventanas abiertas, encendidas,
a los sucesos más distantes,
poeta desterrado nunca fuiste
porque la luz y el fuego
traspasaron los cielos
de las patrias antiguas,
y montañas, y mares y ríos,
yo te vi contemplarlos,
temblorosos y grises,
en tu caja de música.
No quiero consolarte,
ahora que tú te has ido para siempre,
de aquello que perdimos.
Pero al verte y no verte,
José Moreno Villa,
siento el mundo pequeño
y quisiera pensar que lo tuviste
desde niño al alcance de tu mano.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...