martes, 14 de octubre de 2014

Unos cuerpos son como flores.







Unos cuerpos son como flores, 
otros como puñales, 
otros como cintas de agua; 
pero todos, temprano o tarde, 
serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden, 
convirtiendo por virtud del fuego 
a una piedra en un hombre. 

Pero el hombre se agita en todas direcciones, 
sueña con libertades, compite con el viento, 
hasta que un día la quemadura se borra, 
volviendo a ser piedra en el camino de nadie. 

Yo, que no soy piedra, sino camino 
que cruzan al pasar los pies desnudos, 
muero de amor por todos ellos; 
les doy mi cuerpo para que lo pisen, 
aunque les lleve a una ambición o a una nube, 
sin que ninguno comprenda que ambiciones o nubes 
no valen un amor que se entrega.



Luis Cernuda.

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