lunes, 13 de octubre de 2014

Abanico.




El vals llora en mi ojal.
Silencio.

En mi hombro se ha posado el sueño
y es del mismo temblor que sus cabellos.



Gerardo Diego.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...