jueves, 21 de junio de 2018

Mesa y sobremesa.


Luce sobre el mantel, más blanco ahora,
        El cristal -más desnudo.
Yo al amarillo ruboroso acudo.
        Para mí se colora.

Fruta final. Un rayo se recrea
        Dentro de nuestro juego,
Íntimo se perfila. Yo me entrego.
        ¡Color, perfil, idea!

En más placer la idea se nos muda,
        Y de amigo en amigo
Rebota hacia la dicha que persigo:
        Normalidad aguda.

¡Tanto verano generoso lanza
        Sus fuerzas al concierto
De este sabor total! Mi mundo es cierto.
        Casa con mi esperanza.

¡Oh diálogo ocurrente, de improviso
        Luz en la luz vacante,
Punto de irisación en el instante
        De gracia: Dios lo quiso!

A través de un cristal más sol nos llama
        ¡Suprema compañía!
Tan solar es el vaso de alegría
        Que nos promete fama.

Humo hacia el sol. El aire se concreta:
        Jirón gris que yo esbozo.
Calladamente se insinúa el gozo
        De una gloria discreta.

El tiempo se disuelve en la delicia
        De un humo iluminado
Por ocio de amistad. ¿No es el dechado
        Que el más sutil codicia?

Se redondea el borde de la taza
        También para la mente.
Lúcida ante el café, se da al presente,
        Y a la verdad se abraza.

¡Posesión de la vida, qué dulzura
        Tan fuerte me encadena!
¿Adónde se remonta el alma plena
        De la tarde madura?


Jorge Guillén.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...