miércoles, 25 de abril de 2018

Difícil.



¿Lo sabes? Todo es difícil.
Difícil es el amor.
Más difícil su ausencia.
Más difícil su presencia o estancia.
Todo es difícil... Parece fácil y qué difícil es
repasar el cabello de nuestra amada con estas manos materiales que lo estrujan y obtienen.
Difícil, poner en su boca carnosa
el beso estrellado que nunca se apura.
Difícil, mirar los hondos ojos donde boga la vida,
y allí navegar, y allí remar, y allí esforzarse,
y allí acaso hundirse sintiendo la palpitación en la boca,
el hálito en esta boca donde la última precipitación
diera un nombre o la vida.

Todo es difícil. El silencio. La majestad. El coraje:
el supremo valor de la vida continua.
Este saber que cada minuto sigue a cada minuto,
y así hasta lo eterno.
Difícil, no creer en la muerte; porque nadie cree en la muerte.
Hablamos de que morimos, pero no lo creemos.
Vemos muertos, pisamos muertos: separamos los muertos.
¡Sí, nosotros vivimos!

Muchas veces he visto
esas hormigas, las bestezuelas tenaces viviendo,
y he visto una gran bota caer y salvarse muy pocas.
Y he visto y he contado las que seguían, y su divina indiferencia,
y las he mirado apartar a las muertas y seguir afanosas,
y he comprendido que separaban a sus muertos
como a las demás sobrevenidas piedrecillas del campo.

Y así los hombres cuando ven a sus muertos
y los entierran, y sin conocer a los muertos viven, aman, se obstinan.

Todo es difícil.
El amor.
La sonrisa.
Los besos de los inocentes que se enlazan y funden.
Los cuerpos, los ascendimientos del amor, los castigos.
Las flores sobre su pelo.
Su luto otros días.
El llanto que a veces sacude sus hombros.
Su risa o su pena.
Todo: desde la cintura hasta su fe en la divinidad;
desde su compasión hasta esa gran mano enorme
y extensa donde los dos nos amamos.

Ah, rayo súbito y detenido que arriba no veo.
Luz difícil que ignoro, mientras ciego te escucho.

A ti, amada mía difícil que cruelmente, verdaderamente me apartarás
con seguridad del camino cuando yo haya caído en los bordes,
y en verdad no lo creas.

Vicente Aleixandre.

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