miércoles, 27 de septiembre de 2017
El oasis.
Verde brillor sobre el oscuro verde.
Nido profundo de hojas y rumor,
donde el pájaro late, el agua vive,
y el hombre y la mujer callan, tapados
-el áureo centro abierto
en torno de la desnudez única-
por el azul redondo de luz sola
en donde está la eternidad.
Pabellón vivo, firme plenitud,
para descanso natural del ansia,
con todo lo que es, fue, puede ser,
abierto en concentrada suma;
abreviatura de edén sur,
fruta un poco mayor -amparo solo
de la desnudez única-
en donde está la eternidad.
Color, jugo, rumor, curva, olor ricos
colman con amplitud caliente y fresca,
total de gloria y de destino,
la entrada casual a un molde inmenso
-encontrado al azar de horas y siglos,
para la desnudez única-
mina libre de luz eterna y sola
en donde está la eternidad.
Juan Ramón Jiménez.
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