viernes, 23 de junio de 2017

Memoria. Poemas de asedio.



La que fue en el espejo
diminuta, irregular esfera,
ahora al cerrar los ojos:
¡qué nocturna llanura inmensa guarda!

En ella colocadas,
superpuestas, con falsas dimensiones,
todas las cosas vistas.

¡Oué de colores tiene
el rincón donde guardo
el último paisaje!
¡Y qué duro trabajo
remover los escombros!
rememorando fechas!
¡Qué confusión de vuelos y de cantos
en altos cielos íntimos!
Los pájaros ideas
buscando los resquicios
para salir al mundo,
que, como diminuta
irregular esfera,
en el espejo oscuro de la noche
muestra su rostro.

¡Qué de prisa,
en unas cuantas horas,
lo andado repetí,
volviendo a la niñez
de espaldas,
achicándome tanto
al alejarme,
destruyendo lo último
y haciendo renacer
lo destruido en otras épocas!

Volví a vivir,
tan sólo por minutos,
todos mis días pasados
y limpié mi memoria,
hasta dejarla blanca,
trasladando sus signos al oráculo.

Y saltos, juegos,
cantos con amigos de escuela.

Mis primeras palabras
y mis primeros pasos.

Y llegué a mis principios
después de haber pasado
vertiginosamente
por veinte años de vida.


Manuel Altolaguirre.

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