jueves, 11 de febrero de 2016

Las ánimas.



Montones de supervivientes
Miran el mundo delos vivos,
Que con sus barcos y sus puentes
Intentan servirles de estribos.

Después de aflicción y trabajo,
-La vida más corta fue larga-
cayeron mucho más abajo.
Sólo errores son ya su carga.

Los muertos añoran la tierra
De los hombres nunca divinos,
Y sufren, sufren. ¿Se les cierra
La salida a humanos destinos?

Ese fuego no será eterno.
También el verdugo se cansa,
Y está sumiso a buen gobierno.
Eternidad con Dios es mansa.

Mientras montones de difuntos
Tienden a los vivos las manos,
Las memorias. ¡Ah, todos juntos,
Y humanos, humanos, humanos!



Jorge Gillén.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...