jueves, 30 de octubre de 2014

Ese muro de cal.





Ese muro de cal, lindo espejo
en que araña su luz la madrugada,
de infame gloria y muerte blasonada
coagula y alucina alba y reflejo.

Para siempre jamás. 
La suerte echada.
El grito de la boca en flor rasgada
- en el cielo, un relámpago de espada –
y, opaco, en tierra, el tumbo. 
Después,nada.

Y ahora es el reino de las alas. 
Huele a raíces y a flores. 
Y el decirme, decirte con tu sangre lo que sellas.

Por ti, porque en el aire el nebli vuele,
España, España, España está en pie, firme,
arma al brazo y en lo alto las estrellas.



Gerardo Diego.

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