jueves, 11 de septiembre de 2014

Otoño.




Mujer densa de horas
y amarilla de frutos
como el sol del ayer.

El reloj de los vientos te vio florecer
cuando en su jaula antigua
se arrancaba las plumas el terco atardecer.

El reloj de los vientos
despertador de pájaros pascuales
que ha dado la vuelta al mundo
y hace juegos de agua en los advientos.

De tus ojos la arena fluye en un río estéril.

Y tantas mariposas distraídas
han fallecido en tu mirada
que las estrellas ya no alumbran nada.

Mujer cultivadora
de semillas y auroras.

Mujer en donde nacen las abejas
que fabrican las horas.

Mujer puntual como la luna llena.

Abre tu cabellera
origen de los vientos
que vacía y sin muebles
mi colmena te espera.



Gerardo Diego.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...