miércoles, 16 de julio de 2014

Media noche.





Duerme la calma en el puerto 
bajo su colcha de laca, 
mientras la luna en el cielo 
clava sus anclas doradas. 
¡Corazón, 
rema!


Emilio Prados.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...