lunes, 20 de enero de 2014

Vals en las ramas.

Cayó una hoja 
y dos 
y tres. 
Por la luna nadaba un pez. 
El agua duerme una hora 
y el mar blanco duerme cien. 
La dama 
estaba muerta en la rama. 
La monja 
cantaba dentro de la toronja. 
La niña 
iba por el pino a la piña. 
Y el pino 
buscaba la plumilla del trino. 
Pero el ruiseñor 
lloraba sus heridas alrededor. 
Y yo también 
porque cayó una hoja 
y dos 
y tres. 
Y una cabeza de cristal 
y un violín de papel 
y la nieve podría con el mundo 
si la nieve durmiera un mes, 
y las ramas luchaban con el mundo 
una a una, 
dos a dos, 
y tres a tres. 
¡Oh duro marfil de carnes invisibles! 
¡Oh golfo sin hormigas del amanecer! 
Con el muuu de las ramas, 
con el ay de las damas, 
con el croo de las ranas, 
y el gloo amarillo de la miel. 
Llegará un torso de sombra 
coronado de laurel. 
Será el cielo para el viento 
duro como una pared 
y las ramas desgajadas 
se irán bailando con él. 
Una a una 
alrededor de la luna, 
dos a dos 
alrededor del sol, 
y tres a tres 
para que los marfiles se duerman bien.





El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...