jueves, 30 de enero de 2014

Mis ojos sin tus ojos.




I

Mis ojos sin tus ojos no son ojos
Que son dos hormigueros solitarios,
Y son mis manos sin las tuyas varios
Intratables espinos a manojos.

No me encuentro los labios sin tus rojos,
Que me llenan de dulces campanarios,
Sin ti mis pensamientos son calvarios
Criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
Ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
Y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
Y la olvidada imagen de tu huella,
Que en ti principia, amor, y en mí termina.

II

Ya se desembaraza y se desmembra
El angélico lirio de la cumbre,
Y al desembarazarse da un relumbre
Que de un puro relámpago me siembra.

Es el tiempo del macho y de la hembra,
Y una necesidad, no una costumbre,
Besar, amar en medio de esta lumbre
Que el destino decide de la siembra.

Toda la creación busca pareja:
Se persiguen los picos y los huesos,
Hacen la vida par todas las cosas.

En una soledad impar que aqueja,
Yo entre esquilas sonantes como besos
Y corderas atentas como esposas.

III

Pirotécnicos pórticos de azahares,
Que glorificarán los ruiseñores
Pronto con sus noctámbulos ardores,
Conciertan los amargos limonares.

Entusiasman los aires de cantares
Fervorosos y alados contramores,
Y el giratorio mundo va a mayores
Por arboledas, campos y lugares.

La sangre está llegando a su apogeo
En torno a las criaturas, como palma
De ansia y de garganta inagotable.

¡Oh, primavera verde de deseo,
Qué martirio tu vista dulce y alma
Para quien anda solo y miserable!





El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...