lunes, 23 de diciembre de 2013

Penúltimas palabras.




Mientras las estrellas brillan temblorosas,
Te diré una palabra sencilla y antigua,
Palabra siempre dicha, pero nunca entendida,
Palabra que tan sólo de tú a tú comprendemos:
Te amo.

La noche vasta ensancha tu dulce presencia.
Secretamente te hablo retorciendo mi angustia.
Secretamente sufro por algo prohibido
Y es sencillo y terrible como tú si me miras:
Te amo.

La muerte sólo brilla con tranquilas estrellas.
Sus párpados son lentos; su silencio es antiguo;
Sus manos que no tocan me adivinan en sombra;
Su gloria es un secreto.

Regia amante nocturna de senos glaciales,
Cielo de la hermosura más allá de mi dicha
Y mi amor, y mi canto, y mi vuelo más loco,
¡También yo he de callarme!


Gabriel Celaya.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...