viernes, 20 de diciembre de 2013

Canciones a Guiomar III.



Tu poeta
Piensa en ti. La lejanía
Es de limón y violeta,
Verde el campo todavía.
Conmigo viese, Guiomar;
Nos sorbe la serranía.
De encinar en encinar
Se va fatigando el día.
El tren devora y devora
Día y riel. La retama
Pasa en Sombra; se desdora
El oro de Guadarrama.
Porque una diosa y su amante
Huyen juntos, jadeante
Los sigue la luna llena.
El tren se esconde y resuena
Dentro de un monte gigante.
Campos yermos, cielo alto.
Tras los montes de granito
Y otros montes de basalto,
Ya es la mar y el infinito.
Juntos vamos; libres somos.
Aunque el Dios, como en el cuento
Fiero rey, cabalgue a lomos
Del mejor corcel del viento,
Aunque nos jure, violento,
Su venganza,
Aunque ensille el pensamiento,
Libre amor, nadie lo alcanza.

Hoy te escribo en mi celda de viajero,
A la hora de una cita imaginaria.
Rompe el iris al aire el aguacero,
Y al monte su tristeza planetaria.
Sol y campanas en la vieja torre.
¡Oh tarde viva y quieta que opuso
Al Panta rei su nada corre,
Tarde niña que amaba a su poeta!
¡Y día adolescente
-Ojos claros y músculos morenos-,
Cuando pensaste a amor, junto a la fuente,
Besar tus labios y apresar tus senos!
Todo a esta luz de abril se transparenta;
Todo en el hoy de ayer, el todavía
Que en sus maduras horas
El tiempo canta y cuenta,
Se funde en una sola melodía,
Que es un coro de tardes y de auroras.
A ti, Guiomar, esta nostalgia mía.







El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...