viernes, 24 de enero de 2020

Al margen de las mil y una noches: La inminencia.


Entonces dije: "Sésamo-. La puerta
Con suavidad solemne y clandestina se abrió.
Yo me sentí sobrecogido,
Pero sin embarazo penetré.

Alguien me sostenía desde dentro del corazón.
De un golpe vi una sala.
Arañas por cristal resplandecían
Sobre una fiesta aún sin personajes.

Entre espejos, tapices y pinturas
Yo estaba solo. Resplandor vacío
Se reservaba al muy predestinado.

Y me lancé a la luz y a su silencio,
Latentes de una gloria ya madura
Bajo mi firme decisión.
Entonces...

Jorge Guillén.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...