lunes, 4 de noviembre de 2019

Sin amor.


Fin de una vida, fin de un amor.
La noche aguarda.
Oh noche dura, silenciosa, inminente.
Oh soledad de un cuerpo que no ama a nadie.
Con un puño se arranca sombra,
solo sombra del pecho.
Aquí hubo sangre, aquí en este hueco
inmenso latió una vida;
aquí en esta húmeda soledad hubo voces,
dulces voces llamando.
¿Recuerdas? Hubo un aliento
que ascendía, exhalaba
un hombre y daba lumbre,
lumbre y vida a una boca.
Hubo una queja, un grito, una súplica hermosa,
hubo en el pecho el mismo viento dulce que allí en los labios
modeló luego el aliento de un beso.
Tienta, tienta, mano, esta madera fría
y torpe de una tabla sin venas.
Recorre esa forma sorda. Ya la noche amenaza.
Un sudario sin vida de tiniebla uniforme
te helará, larga tabla sin pesar que aún insiste.

Vicente Aleixandre.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...