viernes, 15 de marzo de 2019

Que contenta estará el agua.


¡Que contenta estará el agua mañana,
cuando despierte y se encuentre con su cauce,
los dos brazos que la llevan
estrechada a su destino,
entre orillas que se legran !

¡Que feliz será la luz, mañana,
cuando se encuentre a los ojos,
que la apresan, y la emplean,
y sirve ya para ver !

¡Que perfecto será el pájaro
cuando se encuentren sus alas,
y su cuerpo y los albores del día,
Indeciso aun, como un pío, con un cántico,
en la garganta dormido,
que dé voz a la mañana !

Pero el alma, dime, el alma
que al otro día de aquel se encuentra ya
sin más ojos, sin más manos,
sin más pies, que los tristemente suyos,
que los solos, dime ¿En qué cauce, en qué luz,
en qué canto va a vivir
si ya no le queda más
que el cuerpo suyo a esa alma?

Pedro Salinas.

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