martes, 10 de julio de 2018

La vocación.



Cada minuto viene tan repleto
que su fuerza no pasa,
y aunque el reloj sujeto,
no se humilla a su tasa justa,
no se disuelve en un discreto suspiro.
Por debajo de un más sensible
sin cesar presente, cada minuto siente
que seduce una voz a su trabajo.
Dame tu amor, tu lento amor, detente.



Jorge Guillén.

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