miércoles, 21 de febrero de 2018

Blancura.



El ciego amor no sabe de distancias
y sin embargo el corazón desierto
-todo su espacio para mucho olvido-
lugar le da para perderse a solas
entre cielos, abismos y horizontes.

Cuando me quieres, al mirarme adentro,
mientras la sangre nuestra se confunde,
una redonda lejanía profunda
hace posibles huevas ilusiones.

Ser tuyo es renacerme, porque logras
borrar, hundir, que se retiren todos
los espejos, los muros de mi alma.

Blancura del amor.
Con cuánto fuego se anunció tu presencia.
Tengo ahora la luz de aquel incendio
y un vacío donde esperar,
donde temer tu vida.


Manuel Altolaguirre.

El viejo y el Sol. Había vivido mucho. Se apoyaba allí, viejo, en un tronco, en un gruesísimo tronco, muchas tardes cuando el sol caía. Yo p...