viernes, 15 de diciembre de 2017

El riego.



Deja su piel y se desnuda en río
o en ala de cristal, regando el prado,
la que sierpe de plomo, su enterrado
cuerpo desliza, la que lleva el frío

caudal de agua, la que lanza impío
riego rebelde contra el cielo airado,
chorro preso en metal, que destapado
blasfema espumas en su desvarío.

Deshace el sol los filos de estas fuentes,
robándole a la tierra el verde manto
e inútil es que le responda el suelo

con el necio escupir de sus serpientes.
Riego enemigo de la luz del cielo
no es alimento sino triste llanto.


Manuel Altolaguirre.

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