jueves, 2 de noviembre de 2017

La voz en el jardín.


Mírame, ya el silencio
que otras veces me uncía
con la red que mis venas
sobre el mundo arrastraban,
lejano esta, Dios mío.
La red abandonada
como un islote muerto
sin forma y sin calor;
mi voz perdida...

Turbio me acerco a ti,
no sé por dónde,
ni que fuerza interior
de ti me llama.
Yo me dejo llevar...
Soy como un barco.
Como una nube más
sobre tu cielo.


Emilio Prados.

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