miércoles, 8 de febrero de 2017

La rosa en la mano.



Ahora tal vez duerman las hojas
y el agua se retira, sin luna, confiada,
a ensayar el oscuro corazón de otra fuente...

Desnudo, el mar,
igual que un astro muerto,
yacerá en el reflejo de su olvido...

Quizás el pájaro, en la sombra,
sin cuerpo, al fin,
se abandona a su canto
y sube en paz, perenne, hacia la estrella.

Posiblemente el hombre muere...
posiblemente el hombre sueña..

Y, tal vez, el silencio
de nuevo esta vencido
por el aroma de las flores.

Todo el tiempo es Eterno, en esta hora.
¿Es que la noche toca ya en su centro?
¿Es que la muerte empieza a ser memoria?

No sè, no sé.
Yo estoy pensando
en un país, como esta rosa
que día a día se me va alejando
desde la mano a un nuevo nacimiento.


Emilio Prados.

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